El autor principal de la investigación asegura que "las emisiones de radio duran unos pocos milisegundos y que parecen estar llegando desde el otro lado del Universo"
Un equipo internacional de astrónomos ha detectado cuatro emisiones de radio misteriosas y muy potentes que consideran que pueden haberse originado fuera de la Vía Láctea.
Un misterioso pulso de radio que provenía del exterior de la galaxia fue detectado por primera vez en 2007. En ese momento, los científicos no sabían lo que era y se barajó la posibilidad de un tipo de interferencia creada por la Tierra. Por ello, un grupo de astrónomos decidieron explorar los cielos con un telescopio de radio para buscar púlsares, estrellas de neutrones giratorias o restos de estrellas que han estallado.
Con esta investigación, el equipo quería saber de dónde venía el pulso y qué lo podría estar causando. Sin embargo, lo que ha encontrado son más emisiones y ha verificado que no se trataba de ninguna interferencia terrestre, sino que estos fenómenos habrían viajado una larga distancia hasta llegar hasta la galaxia.
"Se ha descubierto que las emisiones de radio duran unos pocos milisegundos y que parecen estar llegando desde el otro lado del Universo", ha señalado el autor principal de trabajo, publicado en Science, Dan Thornton.
Las cuatro emisiones se han descubierto en un años ya que solo se estaban explorando parcelas relativamente pequeñas del cielo a la vez. Los científicos han señalado que ahora llevará unos cuantos años más completar el estudio del cielo y han apuntado que la probabilidad es que se descubran miles más de estas señales.
Además, el estudio sigue adelante porque los astrónomos no están completamente claras en cuanto a los orígenes de las señales de radio. Algunas teoría apuntan a que son el resultado de algún evento cosmológico importante que tuvo lugar hace millones de años, como un "cataclismo".
"Creemos que es probable que se creara por un evento extremo catastrófico por algo que se destruyó, porque no se ha vuelto a repetir", ha indicado Thornton.
"Hemos mirado hacia atrás en la misma zona del cielo y no hemos visto ninguna ráfaga repetida en la misma posición", ha insistido, para apuntar que esta situación lleva a pensar que se trata de una "supernova" o una explosión gigantesca de un magnetar (una estrella de neutrones alimentada con un campo magnético extremadamente fuerte).
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