Desde los inicios de la investigación científica utilizando globos estratosféricos, los investigadores Italianos fueron pioneros en su uso. Ya en 1952 gracias a los balones provistos por sus colegas ingleses de la Universidad de Bristol efectuaron las primeras mediciones de la radiación cósmica que llega a nuestro planeta. Estos primeros experimentos transportaban placas fotograficas o de emulsión (algunas de ellas realmente voluminosas) y posteriormente aparatos mas sofisticados como cámaras de chispas y detectores. Estos vuelos eran llavados a cabo desde diferentes lugares del territorio Italiano incluyendo Milan, Padua y la isla de Cerdeña.
Para finales de la década de 1960 al tiempo que la complejidad y el peso de los experimentos comenzaron a incrementarse notablemente, una idea nació en la comunidad de investigadores: la ciencia Italiana necesitaba contar con una instalación dedicada para el lanzamiento de globos.
Una de las personas que ayudó a materializar la idea fue el profesor Livio Scarsi, un muy respetado astrofísico quien se desempeñaba en el Laboratorio di Fisica Cosmica e Tecnologie Relative de Milan, bajo la batuta de Giuseppe "Beppo" Occhialini. A fines de los años 60's Scarsi se mudó de Milan a Palermo (Sicilia) para dirigir un pequeño grupo de investigación en astrofísica de altas energías con un particular interés por los experimentos con globos.
Desde un punto de vista geográfico el territorio de Sicilia -y muy especialmente el sector occidental de la Isla- ofrece inmejorables condiciones para dicha actividad, ya que está rodeada por mar, posee amplios terrenos abiertos, una baja densidad poblacional y se encuentra alejada de rutas importantes de tráfico aéreo. Así entre fines de los años 60's y principios de los 70's el grupo del Prof. Scarsi comenzó a lanzar balones desde el aeropuerto Trapani-Birgi ubicado a 13 kms de la ciudad de Trapani, junto a la costa Mediterranea. Por aquel entonces, la Agencia Espacial francesa CNES era la encargada de proveer los balones y llevar a cabo los lanzamientos. Una vez en vuelo, los globos se desplazaban sobre el mar y al final de cada misión, las cargas útiles eran recuperadas de la superficie marina por un navío de la Marina Militare Italiana. A la derecha podemos ver una imagen de uno de esos lanzamientos (click para ampliar).
El aeropuerto está enclavado en un punto estratégico de la costa norte del estrecho de Sicilia, un paso que concentra todo el flujo marítimo entre el Mediterráneo occidental y oriental. Por esta razón a principios de los años 70's la Aeronautica Militare Italiana emplazó en Birgi una importante base militar, en un terreno adyacente a la ya existente instalación. Pronto se hizo evidente que la única manera de evitar interferir con el trafico aereo civil preexistente y los vuelos y maniobras dentro de la órbita militar sería la de mudar el sitio de lanzamiento hacia otro lugar. Así, en el verano de 1971 tuvo lugar el último lanzamiento de un globo desde Trapani-Birgi cerrando una etapa de la investigación científica con balones en Italia. No obstante, un nuevo capítulo de dicha historia comenzaría a escribirse inmediatamente.
De la Segunda Guerra Mundial al Espacio
La atención de aquellos que deseaban el pronto establecimiento de una base permanente para el lanzamiento de globos estratosféricos, fue capturada por un aeropuerto militar abandonado ubicado no muy lejos de Trapani-Birgi, y que sirviera durante la Segunda Guerra Mundial esencialmente como estación de apoyo para el movimiento de tropas Italianas hacia Africa y como base de asiento de escuadrones de caza encargados de la protección de dichos convoyes. Debido a que durante la guerra el sitio fue blanco del bombardeo aliado en repetidas ocasiones, el mismo no se encontraba en las mejores condiciones. Aun así, poseía notables peculiaridades.
El aeropuerto ocupa una vasta area en la parte sur del Monte San Giuliano. Resguardado por el enorme macizo del Monte Erice, posee excelentes condiciones respecto de los vientos reinantes. Poseia un area ideal para ser utilizada como pista de lanzamiento, así como también diversas construcciones que databan de los tiempos de la Guerra y que podrían ser adaptadas para su uso a futuro.
En 1972, el Servizio Attivitá Spaziali (SAS) siguiendo las directivas emanadas del Consiglio Nazionale delle Ricerche (CNR) procedió a iniciar las tareas de reconversión del viejo aeropuerto. Esos fueron años de gran expansión para la actividad espacial Italiana. Mas allá del hecho que los fondos estatales disponibles eran absorbidos mayoritariamente por proyectos netamente espaciales como por ejemplo el programa satelital SIRIO, pequeños remanentes de dinero se encontraban disponibles para ser aplicados a iniciativas mas modestas, entre ellas el programa de globos. Así en 1975 tuvo lugar la primera inyección de fondos por cerca de 90 millones de Liras para materializar el proyecto de la estación de lanzamiento.
La base de Trapani-Milo -como sería denominada para diferenciarla de su antecesora- fue formalmente inaugurada el 24 de Julio de 1975. Su primer director fue el Sr. Marco Malavasi.
Una estación de lanzamiento transatlantica
Desde los albores mismos del balonismo científico, muchas misiones en lugar de finalizar como se planeaba, permanecian -contra la voluntad de sus lanzadores- durante mucho mas tiempo en vuelo y llegaban a cruzar el Atlántico hasta Europa y viceversa. Existen testimonios acerca de globos fugitivos de origen americano que alcanzaron sitios tan lejanos como Noruega, Inglaterra o Africa, así como también de globos lanzados en Europa -especialmente desde Francia- que fueron encontrados en lugares tan apartados como Puerto Rico o Montana. Por supuesto, estos sucesos fueron meramente accidentales. Sin embargo en 1974 se inició un proyecto exploratorio entre Italia, el Reino Unido y los estados Unidos para estudiar la factibilidad de efectuar vuelos transatlánticos utilizando balones. En esos años, los astrofísicos estaban muy interesados en obtener largos períodos de exposición para sus instrumentos en condiciones quasi espaciales con el objetivo de intentar detectar fenómenos poco habituales en el espectro de altas energías, por lo que la idea pronto tuvo respaldo en la comunidad científica. El plan consistía en lanzar los balones desde Trapani-Milo en los meses de verano para permitir que arrastrados por los vientos monzónicos se proyectaran sobre el Mediterraneo hacia el oeste, para luego de cruzar este y sobrevolar los territorios de España y Portugal internarse en el Océano. De acuerdo a las previsiones luego de 3 dias de vuelo, estos alcanzarían los Estados Unidos, donde finalizaría su periplo con la recuperación de la crga útil en alguna zona poco poblada.
Un acta-acuerdo fue firmada entre los estados participantes delineando claramente las responsabilidades de cada uno. Los Estados Unidos a través de la National Science Foundation (NSF) otorgó los fondos a la National Scientific Balloon Facility (NSBF) para que proveyera el globo, el helio necesario para el vuelo, todo el hardware y el personal de lanzamiento, y se hizo cargo enteramente del segmento Americano de la misión. Gran Bretaña por medio del British Science Research Council, se hizo cargo de la carga util que consistió en un experimento para detectar Rayos-X de origen cósmico desarrollado por la Universidad de Bristol. Finalmente por el lado Italiano, además del uso de las instalaciones de la base de Trapani para el lanzamiento y de la puesta a disposición de la misión de un equipo de trabajo en tierra, una importante colaboración fue recibida de la Aeronautica que puso a disposición sus radares para efectuar la cobertura del vuelo durante la fase inicial del mismo.
Para el seguimiento del vuelo se utilizó el sistema mundial de navegación OMEGA, mientras que para la telemetría y la transmisión de los datos cientificos se uso un sistema de alta frecuencia (HF) de baja cadencia de transmisión de datos, que salvo por algunos huecos comunicacionales en pleno Oceáno, funcionó aceptablemente bien. Una de las estaciones de recepcion de HF se localizaba en Trapani, mientras que al otro lado del Atlantico se le permitio a la NSBF hacer uso de las instalaciones que Laboratorio de Investigaciones de la marina de los EEUU posee en el anexo a su base en Chesapeake Bay. A la izquierda se aprecia una fotografia de la antena de Trapani mientras es montada (click para ampliar).
El primer globo fue lanzado el 5 de Agosto de 1975 y luego de viajar casi 8.500 kms la carga util aterrizo a salvo 81 horas mas tarde en Lexington, Kentucky. Con esta mision historica una doble marca fue impuesta. Primero se demostro la factibilidad de realizar tal vuelo con un balon de gran porte y segundo, como resultado del exitoso vuelo el presupuesto asignado a la base de Trapani fue incrementado en casi 300 millones de Liras mas. La actividad de la base poco a poco devino mas extensiva debido a que varios grupos de investigacion de la epoca expresaron gran interes en utilizar la "instalacion de globos de larga duracion" -como a menudo se la denominaba en la literatura especializada- para lanzar sus instrumentos.
Durante la segunda campaña realizada en 1976, se efectuaron dos vuelos más los que tuvieron una duración de 75 y 104 horas. Uno de ellos, lanzado el 16 de Agosto, transportaba una gondola multi-instrumental conteniendo varios experimentos desarrollados por universidades Italianas. Esa misión entraría a la historia ya que, por casualidad, durante el vuelo fue detectada por primera vez la radiofrecuencia proveniente de una explosión de rayos gamma de origen no solar. Arriba a la derecha pueden verse los preparativos previos al vuelo, mientras que la hermosa imagen de abajo corresponde al momento del inflado del globo al amanecer (click para ampliarlas).
Mas allá del suceso de la iniciativa, las limitaciones intrínsecas del sistema de transmisión de datos y la mas bien pobre capacidad de enviar y recibir comandos durante el vuelo proyectaron una sombra de duda sobre la continuidad a futuro de dichas misiones. El ultimo intento por efectuar un vuelo transatlántico tuvo lugar en el verano de 1980 con una carga util consistente en un detector de Rayos-X duros de gran tamaño denominado HXR-80 y desarrollado por IAS-Frascati. El lanzamiento tuvo lugar el día 19 de Julio, pero una falla en el sistema de navegación y telemetría del globo obligó a abortar la misión sobre España, justo antes de comenzar el cruce oceánico.
Existe una historia nunca confirmada respecto de que durante esos años uno de los balones lanzados desde Sicilia en vuelo transatlántico, se habría "colado" inadvertidamente en el territorio de la costa este de los EEUU sin ser detectado por los operadores de tráfico aereo. De acuerdo con la especie esto provocó que las autoridades federales de aviación prohibieran todo vuelo de balones provenientes del otro lado del Océano. Mas allá de la falta de evidencia objetiva para sustentar su realidad la historia no sería del todo incoherente, ya que a principios de los 80's la NASA efectuó varias revisiones de sus politicas de vuelo en relación a la seguridad, estableciendo fuertes restricciones para aquellas misiones de cargas utiles pesadas que se desplazaran en cercanias de areas pobladas. Cierto o no, despues de 1980 no se volvió a intentar efectuar vuelos de este tipo.
Vuelos Transmediterráneos: el acuerdo ODISSEA.
Volvamos un par de años en el tiempo. Mientras las misiones transatlánticas eran las "vedettes" de esos días, fue implementado otro esquema de vuelo distinto para poder ofrecer a la comunidad científica misiones de mediana duración. A pesar de ser mas cortos -si se los compara con los 3-4 días de vuelo hasta los Estados Unidos- los lanzamientos realizados desde Sicilia hacia España cruzando el Mar Mediterraneo en 24 horas, resultarían desde un punto de vista técnico no sólo mas confiables y simples de implementar, sino que tuvieron en perspectiva, un mejor retorno a nivel cient?fico y una existencia considerablemente mas larga. Estos vuelos conformarían lo que historicamente sería conocido como complejo "ODISEA" y que involucró un acuerdo tripartito entre Italia, Francia y Epaña. Del lado italiano -al igual que ocurrió con las misiones transatlánticas- la colaboración consistió en el uso de la base de lanzamiento de Trapani-Milo, incluyendo todo el hardware y vehiculos necesarios, un equipo humano en tierra, y el seguimiento inicial de cada misión.Los franceses por su parte, estaban encargados de las operaciones de lanzamiento propiamente dichas, incluyendo el personal de lanzamiento, los balones y el helio utilizados. Finalmente los españoles a traves del Instituto Nacional de Tecnica Aeroespacial (INTA) se encargaban de la cobertura de seguimiento/telemetría a lo largo de la cuenca Mediterranea utilizando para ello dos estaciones fijas, una localizada en Palma de Mallorca (39º 36'N 2º 41'W) y la otra en el Centro Técnico de El Arenosillo (37º 6'N 6º 44'W) cerca de Huelva. Asimismo INTA estaba a cargo de las operaciones de rescate una vez que las cargas utiles ingresaban a territorio Español.
La denominación con que se bautizó a la iniciativa -de acuerdo con ciertas fuentes que hemos consultado- se debe al Sr. Armand Soubrier, en ese entonces jefe del sector de balones de la Agencia Espacial Francesa (CNES) y fue inspirada en el fasmoso poema épico escrito por Homero en el siglo 8 AC, probablemente como una metáfora del espíritu de exploración y descubrimiento subyacente en el proyecto balonístico. No obstante, la relación no termina allí. Si leemos detenidamente la lista de misiones efectuadas durante esos años que figura al final de esta página, encontraremos que muchas de ellas -como es usual- poseen como nombre, acrónimos derivados de la descripción de los intrumentos científicos propiamente dichos, como por ejemplo el telescopio FIGARO sigla que proviene de French-Italian GAmma Ray Observatory. Sin embargo, otras misiones fueron bautizadas directamente a partir de personajes que encontramos en la obra maestra del genial literato griego: ULISES, NAUSICAA, POLIFEMO, CIRCE o TELEMACO por nombrar algunos. Incluso el vehiculo utilizado para asistir en el lanzamiento de los balones sosteniendo las gondolas ha sido bautizado como "PENELOPE".
Al igual que ocurría con los lanzamientos transatlánticos, los vuelos transmediterraneos tenian lugar en verano cuando los vientos en altura soplaban del este, siguiendo un recorrido a lo largo del paralelo de los 38º. La mayor parte del vuelo se desarrollaba sobre mar abierto ingresando a tierra firme unicamente al final de cada misión.
El primero de dichos vuelos fue lanzado desde Trapani-Milo el 6 de Agosto de 1977, completando su periplo a España en 20 horas. Esta misión marcaría el inicio de una fructífera cooperación entre las tres naciones que permitiría la realización de más de 40 vuelos para usufructo de varios laboratorios y Universidades de Europa y el resto del mundo, en un programa de campañas anuales que abarcó toda la década de 1980 y los primeros años de la década siguiente. ODISSEA sufriría un duro revés en 1992 con el retiro de los franceses, lo que llevo a la finalización del acuerdo. Sin embargo, los vuelos transmediterraneos, lejos de culminar, ingresarían en una nueva fase: la de la independencia operativa.
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