Sugestión generalizada, realidad, fantasía y misterio eran algunos de los componentes del fenómeno OVNI que, con gran auge, se vivía en la década del 70. Precisamente, la historia de Dionisio Llanca motivó la llegada de investigadores en busca de detalles de su vivencia. De acuerdo con su relato, fue en ocasión de detenerse en la ruta a cambiar un neumático que vio una luz que se acercaba a sus espaldas y tres personas que lo levantaron por el cuello de la camisa.
Detrás de ellos se movía un objeto volador, de color amarillo brillante y base violácea. Los supuestos "humanoides" eran muy altos, rubios, de ojos oblicuos y sobresalientes. Su frente era ancha y estaban vestidos con trajes blanco-plomizos muy ajustados.
Veinte minutos después lo abandonaron cerca de Bordeu, desde donde hizo dedo y pidió ser trasladado a un hospital.
La historia se sumó a las tantísimas registradas en la ciudad desde 1962, cuando los camioneros Zenobi y Tomassini divisaron en la ruta 35 algo "parecido a un vagón del ferrocarril" que, a escasa altura, cruzaba la carretera. En 1968, una mujer vio en su casa a un supuesto alienígena de dos metros de altura, "sin orejas ni cabellos, de dimensiones atléticas y brazos grandotes".
Platillos voladores y extraterrestres sobre la bahía, visitantes que con los años parecen espaciar más sus visitas.
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