lunes, 24 de enero de 2011

¿Y si los OVNIs atacaran América?

La preocupación por el origen soviético de los OVNIS afectó de modo especial a Canadá. El país vecino de Estados Unidos y su antiguo aliado durante la guerra, conocía muy bien una parte del trabajo alemán en platillos volantes y otras aeronaves no convencionales.

Los canadienses habían comenzado en 1946 a trabajar en un aparato propulsado por el efecto Coanda. Gracias al material capturado a los alemanes y contando con la ayuda inglesa materializada especialmente en el ingeniero John Frost, la empresa Avro Aircraft creó una plataforma de pruebas circular llamada “Avrocar” que debía culminar en el Silver Bug, un revolucionario caza de combate en forma de platillo volante supersónico de despegue vertical. A mitad de los años cincuenta el proyecto pasó a manos de Estados Unidos, que, oficialmente, lo desestimó al no poder solucionar los problemas de estabilidad presentados.

En 1952 Norteamérica sufrió una crisis de terror ante la amenaza de la Unión Soviética, dejando bien patente el reconocimiento tácito del origen humano de los platillos volantes. Una de las medidas adoptadas fue la creación conjunta, entre Estados Unidos y Canadá, de disposiciones para detectar cualquier posible amenaza procedente de su potencial enemigo. Entre ellas se encontraba la reglamentación naval Merint, consistente en una serie de normas dirigidas a la población para dar la alerta a los organismos oficiales competentes, en caso de observar objetos no identificados, tanto en el mar como en el aire. En el manual se incluían mísiles, barcos, bombarderos, submarinos, cohetes guiados y platillos volantes. Esto era de esperar dadas las nuevas aeronaves apresadas durante la guerra y la investigación que con ellas se estaban realizando.

Los norteamericanos no temían a los extraterrestres, temían a los soviéticos.


2 comentarios:

  1. Y como decía Jacques Bergier, que afirmar la presencia de ovnis delataría la calibración y localización de los radares al enemigo. Esa guerra fria...

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  2. Ni se sabe la cantidad de secretos de aquella guerra que nos vendieron como OVNIs.

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