Expertos de la agencia rusa Roscosmos explicaron en el aeródromo de Zhukovski, a 30 kilómetros de Moscú, que ese ingenio impulsará a una nave de nueva generación capaz de transportar tripulaciones integradas por cuatro miembros hasta órbitas lunares y terrestres.
Las fuentes indicaron que el primer vuelo experimental de este vehículo está programado para 2015.
Quienes promueven el proyecto señalan que el misil-motor aumentará la velocidad de navegación, al punto de reducir el año actual requerido para ir y regresar de Marte a un período de entre dos y cuatro meses.
Anatoli Kotoriev, director del Centro Keldysh, su creador, explicó que los actuales motores químicos de la industria espacial tienen limitaciones en cuanto a impulso específico, y por lo tanto de velocidad.
No se pueden obtener aceleraciones por encima de la tercera velocidad cósmica (unos 16,6 kilómetros por segundo) y con la nueva variante se busca un calentamiento del combustible a muy altas temperaturas, lo cual propiciará un impulso mucho mayor, aseguró.
En la década de 1950, la Unión Soviética y Estados Unidos desarrollaron infructuosamente los primeros motores nucleares para naves espaciales.
La propuesta actual del centro Keldysh aplica el mismo principio que los automóviles híbridos. El motor produce energía eléctrica para calentar el gas del reactor, éste hace girar una turbina, la cual a su vez hace rotar un generador eléctrico y un compresor.
El resultado final es que el generador produce 20 veces más electricidad para el motor de plasma de impulso específico que el de sus equivalentes químicos.
Antena para el Cazador Nocturno
En un año en que MAKS acogió menos novedades que en muestras anteriores, el Consorcio Tecnologías Radioelectrónicas (KRET por sus siglas en ruso) impresionó muy gratamente con la estación de radiolocalización N025E, inédita en muestras de este tipo en Rusia.
Este sistema de radiolocalización se instalará en el helicóptero de combate Mi-28N, conocido como Cazador Nocturno.
La peculiaridad principal de este "radar" es su acoplamiento a una estación con un módulo de recepción por antena que se asienta como una corona en las aspas del helicóptero.
Especialistas militares al explicar sobre la aplicación bélica de esta estación sostuvieron que transmite a la tripulación toda la información necesaria en fracción de segundos, en tanto que pasa inadvertido para el enemigo.
El radar, asimismo, detecta objetos y condiciones meteorológicas peligrosas para el vuelo, que se puede realizar con seguridad en cualquier circunstancia climática.
Adicionalmente, la estación advierte a la tripulación de las amenazas e informa al equipamiento radioelectrónico de a bordo las coordenadas para trazar una ruta menos peligrosa.
Jorge Petinaud Martínez
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