miércoles, 6 de febrero de 2013

Reconstruyen la espectacular historia de una roca espacial

La comunidad científica encontró un tesoro al analizar un meteorito que fue recogido meses atrás en las afueras de Lotus, California, en un terreno localizado en las Montañas de Sierra Nevada. A la zona donde el meteorito fue hallado se la conoce como Sutter’s Mill por el antiguo aserradero propiedad de John Sutter y James W. Marshall, ubicado en la misma zona donde en 1848 se encontró la primera pepita de oro que marcó el inicio de la “fiebre del oro”.


La rápida localización de fragmentos del meteorito permitió estudiar por vez primera a un objeto arcaico de su clase que no ha estado sometido a una larga exposición al ambiente de la Tierra, proporcionando de este modo la información más fiable obtenida hasta ahora de la superficie de un asteroide primitivo de esa clase.

Un equipo internacional de 70 investigadores ha presentado los resultados de su exhaustivo análisis.

La roca extraterrestre de unos tres metros llegó con una velocidad del doble de la velocidad de caída de un meteorito típico.

Con una velocidad calculada en 103.000 kilómetros por hora (64.000 millas por hora), la roca cósmica causó el mayor impacto sobre la Tierra desde el impacto del asteroide 2008 TC3, de cuatro metros de tamaño, sobre Sudán hace cuatro años.

A partir de fotografías y vídeos del objeto cuando su aspecto era el de una bola de fuego, el equipo de Peter Jenniskens, del Instituto SETI en Mountain View, California, y el Centro de Investigación Ames de la NASA, en Moffett Field, California, calculó que la roca se acercó en una inusual órbita de inclinación baja, casi como la típica de muchos cometas, y que llegó a la órbita de Mercurio, pasando más cerca del Sol que cualquier otro meteorito del que se haya registrado fehacientemente su caída.

Ahora se considera que una buena candidata a fuente de los meteoritos con la composición química del de Sutter’s Mill es la familia de asteroides Eulalia.

Después de que la roca asteroidal se fragmentó en la atmósfera, el radar meteorológico detectó brevemente una lluvia de meteoritos que caían sobre la zona de los municipios de Coloma y Lotus en California. Esto permitió encontrar con suma rapidez fragmentos del meteorito original.

De las aproximadamente 45 toneladas (unas 100.000 libras) que se le calcula a la masa de la roca asteroidal, se logró encontrar menos de un kilogramo en el suelo, en forma de 77 pequeños meteoritos. El más grande fue de 205 gramos. Algunos de los meteoritos más importantes para el análisis fueron encontrados por equipos de búsqueda de voluntarios liderados por Jenniskens.

Entre los objetivos de exploración de la NASA y la agencia espacial japonesa (JAXA) se incluyen asteroides de composición geoquímica similar a la de la roca de Sutter’s Mill, por lo que ésta ofrece una valiosa e inusual oportunidad de predecir lo que esas misiones espaciales pueden encontrar.

El meteorito de Sutter's Mill tiene las mismas propiedades de reflectancia que el asteroide 1999 JU3, del tipo de los que pasan cerca de la Tierra y que es el objetivo de la misión de la sonda espacial Hayabusa 2, una misión de retorno de muestras que está siendo preparada actualmente por la agencia espacial japonesa, la JAXA.

La celeridad con que se localizaron y recogieron los trozos del meteorito original dio como resultado la detección de compuestos que desaparecen con rapidez una vez que un meteorito alcanza la superficie de la Tierra.

Se detectó una amplia gama de compuestos que contienen carbono, los cuales rápidamente reaccionan con el agua cuando entran en contacto con el medio ambiente terrestre. Se cree que buena parte de los átomos de carbono en nuestro propio cuerpo y en muchas otras estructuras de nuestro mundo pudieron ser traídos a la Tierra por asteroides de esta clase arcaica, en las primeras etapas de la historia de nuestro planeta.

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